20 noviembre 2015

SIMPATÍA POR "SUS MAJESTADES SATÁNICAS"



El rock es más que una afición o una pasión, es un modo de vivir, de ser, de estar situado en medio de este mundo cruel y violento. No sé si sea también una forma de resistencia cultural.  En el Perú es muy difícil afirmarlo, cuando hay otras (muchas) resistencias culturales y el rock más bien parece un asunto urbano, de las llamadas “clases medias y altas”,  y hasta elitista (aunque en los conos de Lima y en provincias haya una intensa movida rockera). Pero para mí escuchar música rock sí es un acto de resistencia contra los ritmos de moda, no me interesa si populares o no, como la salsa, el reggaetón u otros crujidos horrísonos propalados por las radioemisoras o la Tv, incluidos los que perpetran ciertos baladistas con Grammys latinos y otros que se presentan como “rockeros” y a los que prefiero no mencionar. 

Y si hablamos de rock, escuchar a los Rolling Stones es ineludible. El primer álbum de la banda que recuerdo haber tenido en mis manos fue Sticky fingers, en un periodo indeterminado entre la infancia y la adolescencia. Fue esclarecedor, como por esa época también lo fue el Álbum Blanco de los Beatles. Luego, les seguí la pista hasta el Tatoo you, del año 1981, para mí su último gran disco. El año 2005 intentaron renacer de sus cenizas con A bigger bang, un buen álbum que fue un decoroso regreso aunque sin llegar al nivel creativo de las décadas 60 y 70. Y también fue su último disco de estudio. Pero al menos sirvió para que me interesara escuchar sus trabajos post Tatoo you, sin mayores sorpresas.

¿Los Rolling Stones son la mejor banda del rock? Ni Cucho Peñaloza se atreve a afirmarlo (para mí, es claro, lo son los Beatles, el por qué, aquí: http://lasectadelruido.blogspot.pe/2009/08/cuestion-previa-los-beatles-vs-los.html). Pero sí los considero entre los cinco más grandes, si se puede hacer ese ranking, entre los que incluiría, aparte de los Beatles, a los Who, a Led Zeppelin y a Pink Floyd. En lo que sí coincido con los fans de los Stones es que, sin duda, ningún concierto de rock puede superar al de la banda liderada por Jagger y Richards. En ese sentido será un privilegio verlos el 6 de marzo del próximo año.

Ahora que entre los aficionados y coleccionistas de esta música vital se ha desatado la euforia por la próxima llegada de los Stones a Lima, y aunque sé que no incluirán en el setlist muchos clásicos (no he visto en el listado de su última gira ninguna canción del disco Aftermath, por ejemplo), no podía dejar de estar presente en ese evento que evoca lo dionisiaco. Allí estaré, y para ir preparando el ambiente, aquí dejo una de las composiciones de “sus majestades satánicas” que sí escucharemos en el Monumental,  Sympathy for the devil.