Hoy publiqué en Expreso un artículo sobre el poemario Gaviotas suicidas de Miguel Fegale, escritor activista de los colectivos Poetálica y El Rock Liberado (este último capitaneado por César N junto con su Cabaret Fragor). Miguel también está vinculado con los Poetas del Asfalto de los muchachones Richi Lakra y Primo Mujica (quienes siempre me confunden con William S. Burroughs, no sé por qué, aunque se agradece). Igualmente habría que nombrar al incansable Rodolfo Ybarra, quien prologa la recomendable segunda novela de Fegale, Los corazones anestesiados (2015). Aquí la versión en JPG del artículo.
28 julio 2017
19 julio 2017
SOBREDOSIS DE CUENTOS: "GRACIAS TOTALES"
Hoy publiqué en Expreso un artículo sobre el libro Gracias
totales. 27 relatos para resistir el temblor, tributo literario a Soda Stereo
que se presentará el sábado 29 de julio en la FIL de Lima, a las 8 p.m.
La música de Soda Stereo se remonta hasta mi “Edad de Piedra”. Aunque
tuve la suerte de escuchar a temprana edad los discos de bandas clásicas del
rock, como los Beatles y los Rolling Stones, e incluso hard rock y rock
progresivo, en los años ochenta los nuevos sonidos redefinieron (y ampliaron) mis preferencias musicales. Recuerdo que por esa
época cayeron en mis manos casetes y álbumes de Joy Division, Echo & The
Bunnymen, PIL, The Smiths, Siouxsie & The Banshees, Talking Heads, Bauhaus… al lado de sus precursores Velvet Underground,
The Stooges, el propio Bowie… Hasta que empezaron a sonar en las radios bandas
de rock en español (y algunas brasileras, especialmente Legiao Urbana) en medio
de la irrupción del rock subterráneo en Lima. Primero Doble 9 difundió lo nuevo
de Charly García (Nos siguen pegando abajo) y no tardó mucho en aparecer un
trío con un disco titulado Nada personal, en verdad su segundo álbum. Era la
época del vinilo, y acá se vendieron muy bien sus tres primeros discos en
edición nacional. Fue una suerte de ‘sodamanía’. Estuve en el frenesí de los conciertos de
Soda Stereo en el coliseo Amauta, en 1986 y 1987, acompañado de mi “eterna”
enamorada de los años ochenta. Me vestía de negro, usaba flequillo beatle, pero Will
Sergeant de Echo también, así que no había problema; iba a No Helden y tenía
amigos subtes y darks (hasta hoy me veo con algunos de ellos); también asistía
a San Marcos pero el interés por la literatura, el rock y la política vino de
antes, y diría que llegó para quedarse.
Adoré el álbum Signos de Soda Stereo cuando salió. Fui un obseso
del acetato y ese disco fue absolutamente crucial. En los años noventa me
impresionó su disco Canción animal, pero ya había vuelto a mis raíces, así
que cuando el año 2007 retornaron a Lima para un masivo concierto, preferí
escuchar en mi equipo de sonido el Memory almost full de Paul McCartney y Raising sand de Robert Plant y Alison
Krauss, ambos aparecidos ese año.
Por eso, el primer efecto de la lectura de Gracias totales. 27
relatos para resistir el temblor (Altazor) es haberme obligado a desempolvar
mis antiguos discos de Soda Stereo, que si bien forman parte de mi colección,
no escuchaba hace años. El resultado: hasta ahora no los dejo de escuchar, y aún más con
la facilidad de ver sus conciertos en YouTube.
Sin duda, un acierto total la publicación de este libro y también
de la Colección Acetato. Ave rock, ave literatura.
(Adjunto la versión en JPG del artículo).
18 julio 2017
LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "EL RITO" DE SODA STEREO
Pronto publicaré un par de artículos sobre libros que tienen en
común su relación con la literatura y el rock, lo cual es además uno de mis “temas”
académicos y como narrador. Mientras tanto, reactivando mi blog La Secta del
Ruido después de tiempo, posteo el video de la versión en vivo de El Rito, composición
que con sus riffs seductores y su letra
simbólica sintetiza lo mejor de la recordada banda argentina Soda Stereo. Aunque
no está entre sus hits, es –al menos para mí– un regalo para los oídos. Y como
dice la canción, nada es casualidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)