15 enero 2010

OBITUARIO ROCK 2009

En La Secta del Ruido queremos brindarle nuestro humilde homenaje a seis importantes figuras del rock que se fueron el 2009. Aunque con ellos no hubo masivas despedidas ni ostentosos funerales como los del bailarín moonwalker, su legado trascenderá la liviandad de los grandes montajes publicitarios y permanecerá como paradigma de lo perdurable en la música popular de los siglos XX y XXI.

Ron Asheton
Muerto el 6 de enero. Causa: ataque cardiaco. Edad: 60 años.
Escucho en mi habitación los riffs de guitarra de I wanna be your dog y me reencuentro con la magia del rock de raíces, la pureza de la música en su estado primitivo, salvaje. Su sonido nos comunica una verdad transparente: bastan pocos acordes y menos de seis minutos para realizar una obra musical artísticamente válida, porque a veces un riff puede comunicar mejor un sentimiento que una ópera de dos horas... Ya oigo los denuestos de los reaccionarios de la cultura, siempre al acecho, esperando el menor descuido para soltarnos sus monsergas canónicas. Hace unos años fue Luis de Pablo, meses atrás Mario Bunge, ayer Abel Posse (este último un novelista posmoderno y un fascista declarado, por algo será). Todos ellos anteponen La Verdadera Música al Rock. Los medios de comunicación asienten, parecen coincidir en que se están perdiendo de algo grande quienes no leen partituras ni han asistido nunca a La Scala de Milán. Pero desde estas trincheras tenemos una carta bajo la manga y se llama Ron Asheton. Hoy es solo un fantasma, pero el equipo de sonido se encarga de hacernos escuchar una vez más sus riffs, como el de No Fun, y es suficiente, es demasiado contundente para alinearnos entre los nazis culturales que aún creen en una sola manera de hacer música. No, señores De Pablo, Bunge, Posse y todos sus seguidores trasnochados, no hay un solo paradigma para valorar la música, sino hay diferentes registros, diversas propuestas de lo musical, y en cada una de ellas la calidad artística se mide a través de otros patrones. Un aria, aun la más sublime y perfecta, no es equiparable a un riff de guitarra, del mismo modo que ningún capítulo del Ulises de Joyce puede comunicar lo que comunica un haiku. Esta es la gran enseñanza del pop y del rock: la brevedad, la simplicidad de recursos, es también válida en el arte musical. Gracias, Asheton, por habérmelo hecho recordar esta tarde en mi habitación, luego de oír la noticia de tu muerte en medio de proclamas retardatarias de algunos difusores de la cultura encorbatada y seria.




Lux Interior
Muerto el 4 de febrero. Causa: problemas cardiacos. Edad: 62 años.
Quienes ahora frisan los cuarenta años y en la década de los ochenta deambulaban por el centro de Lima en búsquedas etílico-existenciales, recordarán el cine club de la Cooperativa Santa Elisa, en la avenida Caylloma. Las imágenes se diluyen en capas dispersas y borrosas, pero allí estamos, acomodándonos en una de las butacas, a la espera del acontecimiento musical del año para los adolescentes asiduos del No Helden: la proyección de la película URGH! A Music War (La Guerra Musical). Entre los bichos que desfilan en el ecran se hallan bandas seminales del rock ochentero como Echo & The Bunnymen, X, The Fleshtones, Gang of Four, Pere Ubu, Dead Kennedys, Devo y por supuesto The Cramps, estos últimos gestores del vamp rock. Aparecen como entes inciertos que, cual adoradores de Eros y Thanatos, conjugan el placer con la ultratumba. Lux Interior, cantante y frontman, es la provocación encarnada. Pantalón de látex negro, ajustado hasta los cojones; torso desnudo y lampiño; algunas chicas gesticulan, se ponen nerviosas, se excitan en silencio. Lux Interior canta y se contonea, ante las miradas cachacientas de la ansiosa Poison Ivy; el sonido crudo de las guitarras esparcen una atmósfera de oscuridad pero también de concupiscencia apenas disimulada, y de pronto el cantante de los Cramps succiona el micrófono de mano como si fuese un objeto sexual del deseo, y se retuerce, gime, lujurioso. Nunca unos labios pidieron a gritos una violación como los labios silenciosos de la insinuante Ivy. Noche de orgasmos (no solo femeninos) en el Santa Elisa. Buen viaje a lo desconocido, Lux Interior, irreemplazable rey del porno rock. Q.E.P.D.





Sky Saxon
Muerto el 25 de junio. Causa: infección general. Edad: 63 años.
La primera vez que escuché a The Seeds fue en la casa de “Arturillo” Vigil, a comienzos de los noventa, quien tenía una vieja edición en vinilo de su primer álbum homónimo. A todos nos gustó especialmente Pushin’ too hard, con esa pujante voz de Sky Saxon y esos tecladitos que sonaban como bajos frenéticos y condensaban lo mejor del garage rock. Qué tiempos aquellos. Aún no había llegado a Lima desde España el stock (o debo escribir “sobrestock”) de revistas RDL, ilustrándonos sobre la movida garage, en un artículo reivindicativo de bandas estadounidenses de los años psicodélicos pero que empleaban el fuzztone y el sonido low-fi casero. Luego otro viejo amigo me animó a comprar Nuggets, primer compilatorio de garage rock; una joya que me precio de tener, en vinilo, como debe ser. Después surgió un proyecto de un fanzine (creo que se llamaba Sótano Beat o tal vez Sótano Bitch), los malentendidos, las broncas, los celos encubiertos, los Judas… y todo terminó con mi distanciamiento y un nuevo fanzine, La Secta del Ruido, del que este blog es su hijo virtual. Pero en honor a la verdad, nunca comulgué con el lema “solo el garage salvará al rock” de mis antiguos camaradas, empeñados en fabricar escaramuzas ficticias contra otros estilos y otras movidas dentro del rock, a la par que se presentaban como gurús del buen gusto. Al final acabaron escuchando baladas almibaradas de Regina Alcóver, así como bandas nuevaoleras y chicheras, mientras despotricaban del “ruido”, vaya rockeros… Sin embargo, como toda experiencia tiene su lado positivo, no puedo negar que una de las cosas más geniales de estos escarceos en el garage rock fue Sky Saxon y sus The Seeds, en principio su primer álbum, aunque la verdadera sorpresa vino después, tras la escucha de A web of sound, su segundo disco, mucho más sólido musicalmente y con variadas texturas. Solo por ese par de discos, The Seeds ya tiene su lugar en el panteón de la música popular. Hasta siempre, Sky Saxon, mártir y comediante del rock.




Gordon Waller
Muerto el 17 de julio. Causa: ataque cardiaco. Edad: 64 años.
Como a todo admirador de los Beatles, mi interés inicial por Peter & Gordon solo se podía explicar porque cantaban varias canciones que Paul McCartney había compuesto para ellos. Ya se sabe la historia, Paul salía con la hermana de Peter Asher, la preciosa Jane, y se interesó en promover el éxito del dúo, dando siempre en el blanco. El otro componente era Gordon Waller, un escocés cuya voz de barítono podía conmover al más descorazonado cuando interpretaba algunas de sus baladas más sentidas. Algunos dijeron que eran los Simon & Garfunkel del Reino Unido, pero era solo una exageración, para qué nos vamos a engañar. De todos modos fue un buen dúo en una época en que el pop era inocente y tierno. Y como cantante, Gordon Waller es con todo derecho una leyenda del pop.




Willy DeVille
Muerto el 6 de agosto. Causa: hepatitis C y cáncer de páncreas. Edad: 55 años.
En el caso de Willy DeVille opera mucho la nostalgia por una canción. La primera vez que escuché la maravillosa You better move on fue en un cover de este neoyorquino francófilo. Si mi memoria no me traiciona, Gerardo Manuel tuvo la buena idea de incluirlo en su programa de videoclips Disco Club. Sus bigotitos afrancesados y su apariencia desgarbada, casi famélica, le imprimían un sello de cantante cool difícil de rechazar. Y lo mejor, cantaba You better move on del hoy casi olvidado compositor Arthur Alexander, pionero del country soul. Años después, en una discotienda me decidí por un compilatorio de baladas de los Stones, Slow Rollers, que traía el cover que la banda británica hiciera en 1964, luego de ello la versión de DeVille como que pasó a un segundo plano… pero esa es otra historia. Hoy me mueve la nostalgia y simplemente quisiera brindar por Willy DeVille y a la vez recordar que gracias a él supe cómo encandilarme por You better move on. O cómo acariciar el cielo con una canción.




Les Paul
Muerto el 13 de agosto. Causa: neumonía. Edad: 94 años.
Famoso por haber sido el inventor de la guitarra Gibson que lleva su nombre, Les Paul también integró un sosegado pero líricamente impecable dúo en los años cincuenta, a lado de su esposa y cantante Mary Ford, en donde por primera vez usó la grabación multipista, otro revolucionario invento suyo que permitió el overdubbing. El dúo tuvo una trayectoria exitosa e incluso durante años condujeron un espacio televisivo. Hace más de una década pude conseguir un casete original de este dúo, y cada vez que lo escucho me doy cuenta del inmenso caudal de hermosas melodías injustamente relegadas o ignoradas por los patrocinadores de “lo que está de moda”. Para contrarrestar la amnesia general pulso ahora play en mi casetera y dejo que el sonido de How high the moon reviva mejores tiempos, ya lejanos, en los que yo aún no existía. La eternidad te acompañe, Les Paul, uno de los dioses de lo que luego vendría a llamarse rock.

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