Sea como fuere, la historia de una radio pirata enclavada en un barco en medio del mar (desde donde se transmitía música rock en tiempos en que el conservador gobierno británico -con la venia de la BBC Radio- solo permitía escuchar este género popular durante menos de una hora al día) no deja de ser cautivante en la era del post rock para quienes aún veneramos esta música y su esencia contestataria. Y si el menú viene servido con canciones de los Kinks, los Who, Moody Blues, los Easybeats, Jimi Hendrix y tantos otros clásicos, mucho mejor.
Del soundtrack de la película (titulada Pirate Radio en EEUU e indistintamente Piratas del rock o Radio encubierta en español) he seleccionado para la Secta del Ruido I love to boogie de la banda inglesa T. Rex, Elenore de los estadounidenses The Turtles y Friday on my mind de los australianos Easybeats.

Tonight’s the night (1975) es ciertamente un álbum áspero, producto de una sensibilidad ubicada en las antípodas de Zuma, disco publicado el mismo año. Mientras en el primero domina la crudeza y el desgarro (en el ánimo de las sesiones aún rondaban dos muertes recientes), en el segundo prevalece una producción pulcra, aun cuando hay una pretensión vanguardista en los devaneos sonoros de la guitarra eléctrica. Neil Young asimismo aparece con una voz un poco ronca en Tonight’s the night, con inflexiones que no le conocíamos desde el clásico Mr. Soul. En Zuma, por el contrario, las cuerdas vocales se escuchan intactas. Lo sorprendente y maravilloso de este asunto –y del rock en general– es que en ambos casos todo funciona a la perfección. Lo cual prueba que “no desafinar” es uno de los prerrequisitos de un cantante que el rock ha cancelado para siempre. Es más, diría que pocas veces he escuchado cantar tan bien a Neil Young como en Tonight’s the night, a pesar de (o debiera decir, gracias a) tener su voz "raspada" en este disco.
Como complemento del espíritu roncarolero, se incluye un puñado de baladas despojadas de adornos o sofisticados arreglos, en carne viva, como el bluesero Speakin’ out, que retrata el desencanto de una relación en un decorado tan teenager como puede ser una sala de cine, popcorn incluido. Por su parte, el country Borrowed tune está inspirado en Lady Jane de los Rolling Stones: “Estoy cantando esta melodía prestada/ que tomé de los Rolling Stones,/ Solo en esta mi habitación vacía/ Demasiado desperdiciado para escribir por mi cuenta”, canta Neil Young.





